jueves, 27 de febrero de 2014

LA ORACION EN LA VIDA DEL CRISTIANO

En el presente estudio compartiremos algunos detalles acerca de la oración.
·         ¿Cuándo debemos orar?     ¿Para qué orar?      ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que la oración sea eficaz y obtengamos respuesta de parte de Dios?  ¿Porque muchas veces el Señor no nos responde?
·         Son algunos de los interrogantes que trataremos de responder en el desarrollo de nuestro tema.

Comenzaremos viendo uno de los versos más cortos de la Palabra de Dios y que hace referencia a este tema:

ORAD SIN CESAR. (1 Tesalonicenses 5,17)

Orar sin cesar, significa orar constantemente, en todo tiempo, con perseverancia. Ahora bien algunos que solo tienen la costumbre de orar una vez al día, se podrán  preguntar para que orar de esta manera. En Mateo 26,41 leemos:

VELAD Y ORAD, PARA QUE NO ENTREIS EN TENTACION; EL ESPIRITU A LA VERDAD ESTA DISPUESTO, PERO LA CARNE ES DEBIL.

Vivimos en un mundo donde reina la violencia, la corrupción, la maldad, la avaricia, las injusticias, el sexo libre, etc., y sino nosotros los cristianos no recurrimos a Dios en oración constante, nos estamos exponiendo a la tentación de querer dejar el camino del Evangelio y dejarnos arrastrar por la corriente del mundo.

La oración nos da la fortaleza para superar esa tentación de querer abandonarlo todo cuando nos sentimos cansados y agobiados por los problemas.

La oración nos ayuda a no dejarnos vencer por la tentación de dejarnos vencer ante una enfermedad, una dolencia.

La oración nos mantiene fuertes en momentos donde nos encontramos pasando por crisis anímicas y espirituales.

En la oración siempre hallamos las respuestas que necesitamos. Así nos lo dice Jesús en Mateo 7,7: 

PEDID Y SE OS DARA; BUSCAD Y HALLAREIS; LLAMAD Y SE OS ABRIRA.

Pero para que nuestra oración constante, sea eficaz y obtengamos todo lo que pedimos es necesario que cumplamos con algunos requisitos especiales a saber:
·    
     La unidad con Cristo: leemos en el Juan 15,7: SI PERMANECEIS EN MI Y MIS PALABRAS PERMANECEN EN VOSOTROS, PEDID TODO LO QUE QUEREIS Y SERA HECHO. Es condición esencial que permanezcamos unidos a Cristo para que nuestra oración sea escuchada. Unidos a él producimos muchos frutos (Jn 15,5).

·         La humillación: En el libro 2 Crónicas 7,14 leemos: SI SE HUMILLARE MI PUEBLO, SOBRE EL CUAL MI NOMBRE ES INVOCADO, Y ORAREN, Y BUSCAREN MI ROSTRO Y SE CONVIRTIEREN DE SUS MALOS CAMINOS; ENTONCES YO OIRE DESDE LOS CIELOS Y PERDONARE SUS PECADOS Y SANARE SU TIERRA. Muchas veces nos acercamos a Dios de manera arrogante, pintándonos a nosotros mismos como los mejores cristianos y eso no es lo que quiere Dios de nuestra oración. Ejemplo de hecho encontramos en la oración del fariseo, que se alababa por su religiosidad y se consideraba mejor que todos; y la oración del publicano que se reconocía pecador delante de Dios y le pedía misericordia por ello (Lc 18,9).

·     La sinceridad de Corazón: en Jeremías 29,12-13 leemos: ENTONCES ME INVOCAREIS Y VENDREIS Y ORAREIS A MI, Y YO OS OIRE; Y ME BUSCAREIS Y ME HALLAREIS PORQUE ME BUSCAREIS DE TODO VUESTRO CORAZON.  Al momento de dirigirnos a Dios lo tenemos que hacer con un corazón sincera, buscando siempre ser aceptos y agradables delante de su presencia.

·         La Fe: El Señor en el Evangelio escrito por Marcos 11,24 nos dice: POR TANTO, OS DIGO QUE TODO LO QUE PIDIEREIS ORANDO, CREED QUE LO RECIBIREIS, Y OS VENDRA. La fe es la certeza de lo que esperamos (Heb 11,1). Si esperamos recibir algo de lo que pedimos en la oración debemos tener la certeza de que Dios nos lo dará. Si dudamos nuestra oración no será escuchada, porque sin fe es imposible agradar a Dios (Heb 11,6)

·         La confesión de los pecados: en Santiago 5,16 leemos: CONFESAOS VUESTRAS OFENSAS UNOS A OTROS, Y ORAD UNOS POR OTROS, PARA QUE SEAIS SANADOS. LA ORACION EFICAZ DEL JUSTO PUEDE MUCHO. Es necesario que si tenemos problemas con un hermano de la iglesia o con una persona del mundo, antes de presentarnos a la oración arreglemos esos problemas. Para Dios es lo mejor, y si nuestro corazón está lleno de rencor y ofensas ya no es lo mejor.

·         Cumplir los mandamientos: en 1 Juan 3,22 leemos: Y CUALQUIERA COSA QUE PIDIEREMOS LA RECIBIREMOS DE ÉL, PORQUE GUARDAMOS SUS MANDAMIENTOS, Y HACEMOS LAS COSAS QUE SON AGRADABLES DELANTE DE ÉL. Alguien que recurre a la idolatría, que toma el nombre de Dios en vano, que no guarda el santo sábado de reposo, que no honra a su padre y a su madre, que roba, mata, miente, desea la mujer o el hombre ajeno, envidia los bienes del prójimo, que no guarda las fiestas de Dios; no puede obtener nada que venga de Dios, porque su vida no es agradable a él.

Ahora bien, hay algunas ocasiones en donde pareciera que nuestra oración no tiene  respuesta. Parece una oración fracasada. Nos planteamos que sucede en esas ocasiones, Dios se olvida de nosotros, Dios se olvida que en su palabra nos dice que todo lo que pedimos lo recibimos. No!! En esas ocasiones nos sucede lo que dice en Santiago 4,3: PEDIS Y NO RECIBIS, PORQUE PEDIS MAL. Veamos algunas de las posibles causas por las cuales estamos orando mal a nuestro Dios:

·         Desobediencia:La desobediencia es una de las causas por las cuales Dios no responde a nuestra oración. El cómo todo padre, cuando su hijo desobedece a sus reglas debe imponerle un llamado de atención para que ese hijo vuelva a la obediencia.En 1 Samuel 12,15 leemos: MAS SI NO OYEREIS LA VOZ DE JEHOVA, Y SI FUEREIS REBELDES A LAS PALABRAS DE JEHOVA, LA MANO DE JEHOVA ESTARA CONTRA VOSOTROS COMO ESTUVO CONTRA VUESTROS PADRES.

·         Pecados Ocultos: Cuando en nuestro corazón hay maldad, Jehová no puede escuchar nuestra oración: SI EN MI CORAZON HUBIESE YO MIRADO A LA INIQUIDAD, EL SEÑOR NO ME HABRIA ESCUCHADO(Salmo 66,18).

·         Indiferencia: Cuando le damos la espalda al Señor, le somos indiferentes, el Señor no puede responder a nuestras oraciones: ENTONCES ME LLAMARAN Y NO RESPONDERE; ME BUSCARAN  DE MAÑANA Y NO ME HALLARAN. POR CUANTO ABORRECIERON LA SABIDURIA Y EL TEMOR DE JEHOVA(Proverbios 1,28-29).

·         Falta de Misericordia: Cuando no nos preocupamos de las necesidades, materiales o espirituales de nuestro prójimo, Dios no escucha nuestros ruegos: EL QUE CIERRA SU OIDO AL CLAMOR DEL POBRE, TAMBIEN EL CLAMARA Y NO SERA OIDO(Proverbios 21,13).

·         Desprecio por la ley de Dios: Cuando despreciamos y tenemos por poca cosa los mandamientos y la palabra de Dios, el no escucha nuestra oración: EL QUE APARTA SU OIDO PARA NO OIR LA LEY, SU ORACION TAMBIEN ES ABOMINABLE (Proverbios 28,9).

·         Inestabilidad Espiritual:La persona que por momentos está feliz, dispuesto a hacerle frente a todo lo que venga y por momentos tiene el ánimo por el piso no es escuchado en su oración: PERO PIDA CON FE, NO DUDANDO NADA; PORQUE EL QUE DUDA ES SEMEJANTE A LA OLA DEL MAR, QUE ES ARRASTRADA POR EL VIENTO Y ECHADA DE UNA PARTE A OTRA. NO PIENSE, PUES, QUIEN TAL HAGA, QUE RECIBIRA COSA ALGUNA DEL SEÑOR. EL HOMBRE DE DOBLE ANIMO ES INSCONTANTE EN TODOS SUS CAMINOS (Santiago 1, 6-8)

Hermanos, el objeto de este estudio es,  que podamos comprender la importancia de la oración. Ella debe ser constante, en todo tiempo, sin desmayo…
Cada vez que nos  acercamos a orar, debemos hacerlo siempre con un corazón puro y aceptos delante de Dios, creyendo y teniendo la certeza de que él como padre amoroso sabe lo que necesitamos antesque nosotros se lo pidamos, y por tanto antes de pedírselo, él nos lo dará (Is 65,24).


Paulo Martin Simeoni.

miércoles, 29 de enero de 2014

CRECIMIENTO ESPIRITUAL

Así como un niño nace a la vida y a medida que pasa el tiempo empieza a experimentar cambios en su cuerpo, en su manera de pensar, de actuar, en definitiva va experimentando las etapas del crecimiento humano. Así mismo sucede en nuestra vida espiritual. En el presente estudio hablaremos del crecimiento espiritual que debemos ir experimentando cada uno de los que nos llamamos cristianos.

Hay muchos cristianos que solo se conforman con conocer lo básico de la doctrina que profesan y con esto les resulta suficiente. Sin embargo la misma Palabra de Dios nos dice que no debemos conformarnos con lo básico, sino que debemos ir hacia la perfección en la doctrina, leamos en Hebreos 6,1:

Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios.

Caminar hacia la perfección significa asumir un compromiso. Un compromiso con el Señor Jesús y su Evangelio. Un compromiso que no todos están dispuestos a asumir. 
Ahora bien para quienes se deciden por asumir este compromiso de lanzarse hacia adelante en su misión como cristianos la Palabra les dice que deben alimentarse de la Palabra de Dios y que deben desearla como un niño desea la leche materna, veamos en 1 Pedro 2,2:

Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

Sin embargo, así como en el crecimiento de un niño hay diversas enfermedades que quieren frenar ese crecimiento, en nuestra vida espiritual hay veces, que nuestro caminar hacia esa perfección parece estar estancado en un mismo lugar. Esto se debe a algunas situaciones especiales  que debemos conocer:

Las debilidades y el Cansancio: Cuando nos encontramos débiles y cansados se nos dificulta mucho transitar los caminos del Evangelio. En Nehemias 4,10 se nos narra como la tribu de Juda, debía construir un muro para defensa de los enemigos y vemos allí un ejemplo de de cómo el cansancio impidió que sigan con su compromiso: Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.

La incredulidad y la falta de Fe: no podemos crecer espiritualmente, no podemos llegar a la Perfecta imitación de Cristo sin Fe. Veamos que nos dice Hebreos 11,6:  Pero sin fe es imposible agradar a Dios.

Las posesiones materiales: muchas veces le damos mas importancia a los bienes materiales que poseemos que al Evangelio de Cristo, esto nos impide crecer espiritualmente  veamos en Mateo 19,21-22 lo que le sucedió a un joven que poseía muchos bienes y quería seguir el Evangelio: Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

Los lazos familiares: para poder seguir el Evangelio de Jesús, en ocasiones debemos desprendernos de nuestros padres, hermanos, sobrinos, de nuestra familia carnal. Veamos que se nos dice en Lucas 9,59:  Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 

Los malas conversaciones: en diversos ambientes en donde se desarrolla nuestra vida, muchas veces tenemos conversaciones que no son gratas a los ojos de Dios. Una persona que se dice cristiana no hablar como habla el mundo. Así nos lo recomienda Pablo en 1 Corintios 15,33: No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

La Falta de amor entre los cristianos: es condición esencial para nuestro crecimiento espiritual el amor que nos debemos tener entre los hermanos cristianos. Lamentablemente en muchas congregaciones eclesiales los hermanos se aman mutuamente el día del culto, pero después en la semana no se miran a las caras ni se preocupan los unos por los otros. Veamos que nos recomienda Pablo en 1 Tesalonicenses 3,12: Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

El peso del pasado y las atracciones mundanas: en el pasado están todos los placeres mundanos que llenaban nuestra vida antes de conocer a Cristo. Si estamos constantemente mirando ese pasado nunca podremos avanzar por la senda de la perfección  Veamos que se nos dice en Lucas 9,62: Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. En Génesis 19,26 tenemos el ejemplo de lo que le sucedió a la mujer de Lot mientras escapaba de la destrucción de sodoma y gomorra por mirar hacia atrás: Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.

El enojo: el enojo con nuestro hermano nos lleva a pecar y el pecado nos impide crecer espiritualmente. Veamos que nos aconseja el Salmo 37,8:  Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

Todos nosotros cristianos debemos estar ocupados en tratar de superar estas cosas que nos impiden el crecimiento espiritual y la madurez que necesitamos a la hora de servir a Cristo. Veamos el consejo que Pablo le da su discípulo y hermano Timoteo. Leamos 1 Timoteo 4, 15-16: 

Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

Ahora bien para ocuparnos de superar estos obstáculos en nuestro crecimiento espiritual también debemos tener en cuenta que para poder mantenernos firmes debemos de alimentarnos de la Palabra de Dios, en ella encontraremos todas las fuerzas que necesitamos, es como la vitamina para nuestro espíritu  que nos defiende de los ataques de las enfermedades espirituales que quiere provocarnos ese virus llamado “diablo”, en efesios 6,13.16-17 leemos: 

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.  Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.

Y ademas como debemos recurrir a la oración constante, pues ella nos mantiene despierto ante las tentaciones que este mismo enemigo quiera presentarnos, eso es lo que nos enseño el mismo Jesús en Mateo 26,41

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.  

Hermanos esforcémonos cada día en tratar de ser fieles al llamado que Dios nos hizo por medio de Jesús y asumamos nuestro compromiso con ese llamado, siendo fieles a las enseñanzas de la Palabra de Dios y poniéndola por obra.

Paulo Martín Simeoni.